Datos referentes a los vehículos siniestrados
Llegando al lugar del accidente, el investigador o en su caso, la primera autoridad que tenga conocimiento del hecho…
Debe necesariamente observar lo siguiente:
- Estado del freno y resistencia del pedal.
- Estado del velocímetro y la lectura que registra.
- Estado de los faros y de los demás sistemas de iluminación, si el accidente fue en la noche.
- Si el accidente se dio en la lluvia, revisar el funcionamiento de los limpiadores del parabrisas.
- Revisar el funcionamiento de las luces intermitentes.
- Detectar la presencia de algún teléfono o radio prendido que pudiera ser un elemento de distracción.
Estado de los neumáticos. - Revisar la existencia de espejos retrovisores.
- Comprobar el estado de la suspensión.
- En vehículos de grandes dimensiones, comprobar el tacógrafo y sus gráficas.
- Revisar la dirección, si no resultó averiada al girar el volante.
- Revisar las fracturas o deformaciones de los componentes del vehículo.
Partes del automóvil
En la práctica pericial es importante conocer cada una de las piezas que componen un vehículo para poder localizar adecuadamente un daño y la posible valoración del mismo.
Localización de daños en vehículos
Método para fotografiar un vehículo, con sólo cuatro tomas generales en cada ángulo del vehículo podremos cubrir la totalidad de su estructura.
Formulario para la recogido de datos
Las Principales Fotografías del entorno, vehículos y posiciones finales serían las siguiente:
Por otra parte, dentro de la obtención de datos, será preciso tener en cuenta aspectos tales como:
- Estrategia en la toma de datos (primando el criterio de su permanencia en el tiempo).
- Mediciones. Toma de datos en el lugar del accidente.
- Ayudas complementarias en la reconstrucción de accidentes.
- Conservación de datos.
Revisión de los vehículos
El revisar los vehículos participantes en la colisión, es otro punto importante en la investigación pericial, por lo que debemos cumplir con los siguientes pasos de manera rigurosa.
Identificación
En este punto hacer referencia a las particularidades del auto como: marca, modelo, tipo, color, placas de circulación, etc.
Localización de daños
Localizar la zona de contacto primario para determinar por dónde incidió la fuerza principal de impacto y su dirección, para la debida asociación de daños con el otro vehículo o con el objeto con el cual interactuó.
Con su flexómetro medirá tres aspectos de los vehículos:
- La altura en la que se localiza el daño, con relación al piso y fijará una foto.
- El hundimiento del daño, es decir, las abolladuras que se presentan en los autos y que pueden ser de diverso tamaño.
- La amplitud del daño, que es la distancia existente entre el inicio y el final del daño en el o los vehículos involucrados.
– Distó-metro. Instrumento que permite medir distancias entre dos puntos específicos.
– Inclinó-metro. Instrumento de medición que mide la inclinación de un plano con la horizontal o vertical respecto a la superficie terrestre.
– Una brújula. Instrumento de orientación que utiliza una aguja imantada para señalar el norte magnético terrestre.
Hundimientos y corrimientos
- Recordemos que el hundimiento nos indica la zona de incidencia de la fuerza principal de impacto (FP1), y el corrimiento, la dirección que siguen las deformaciones en el vehículo, en otras palabras, hacia dónde se dirigió la fuerza de impacto (DFI).
- En su caso localizar y describir los daños producidos por cuerpo duro o blando (atropellamiento de peatón).
- Finalmente describir la intensidad y magnitud de los daños en las piezas afectadas, para efectos de reparación.
¿Cómo se encontraron los móviles al momento de la colisión?
Es necesario conocer la forma en que llegaron los vehículos a la colisión, o cómo entraron en contacto con el cuerpo humano, y esto será posible estudiando detalladamente las lesiones de las personas, auxiliándonos con el reporte médico y el estudio riguroso de las deformaciones en los vehículos (hundimientos y corrimientos).
De esta manera, podremos establecer con precisión las trayectorias precolisión de los móviles involucrados en el siniestro y determinar las posibles maniobras evasivas implementadas.
Trayectorias pos-colisión
A continuación tendremos que analizar las trayectorias pos-colisión y los posibles contactos contra objetos fijos, poniendo especial cuidado en buscar evidencia física dejada por giros, arrastres, vuelcos u otros movimientos que realizaron los vehículos por los efectos de las fuerzas de impacto involucradas. Lo anterior, para poder determinar mediante modelos físicos los remanentes de energía de la colisión.
Esperar opiniones de los especialistas en otras áreas
En caso de ser necesario el análisis pericial de otras áreas, esperar resultados de los objetos o sustancias enviadas a laboratorio — previa recolección, embalado y traslado a laboratorio— , o esperar dictámenes médicos y de lesiones, químicos de alcoholemia, de rastreo hemático.
Incendios en vehículos
El objetivo principal de toda investigación de incendios sobre un vehículo es identificar el foco o focos del incendio, así como las circunstancias que han permitido su evolución.
Para ello, en primer lugar, es necesario conocer algunas particularidades del vehículo del que se trate; en función de sus características existirán, probablemente, condicionantes diferentes, en cada caso.
Toma de datos del vehículo incendiado
Como primer paso en la toma de datos de un vehículo incendiado, se procede a su identificación.
Además de la marca, modelo, versión y número de placa de matrícula, se tomarán datos fiables, como su placa de fabricante y sunúmero de identificación VIN.
El número de identificación o número VIN es un código particular para cada vehículo, compuesto de 17 dígitos, en el que se indican, además del fabricante y del lugar de fabricación del vehículo, una serie de características técnicas, así como su número de serie de producto.
Todos los vehículos deben llevar, además, en lugar visible, su placa de identificación o placa de fabricante. En esta placa se muestra el número VIN del vehículo, datos del fabricante y alguna característica mecánica.
Es posible que, debido al calor generado en el incendio, la placa de fabricante, que habitualmente está fabricada en aluminio o material plástico, resulte deteriorada en parte o completamente destruida, en cuyo caso no proporcionará información sobre el vehículo. Sin embargo, el número VIN debe, además, figurar troquelado en alguna parte de la estructura del vehículo, siendo más complicado que el calor lo afecte.
De este modo, se completará la descripción del vehículo objeto del informe, identificándolo exactamente y pudiendo estudiar, incluso, los antecedentes que pudieran existir de vehículos similares que han resultado incendiados, para comparar su casuística y similitud.
Informe fotográfico de identificación
Resulta de vital importancia realizar un informe fotográfico que permita identificar correctamente todos los datos visuales
que nos pudiera ofrecer el vehículo incendiado. Para ello, se fotografiarán todas las marcas identificativas, números reconocibles y características diferenciadoras.
- Fotografías generales, desde el frente, trasera, laterales y 3/4 compondrán un cuadro adecuado que, en un primer momento con todas las características, marcas e información exterior del vehículo.
- Fotografiar el interior del vehículo desde todos los ángulos posibles, incidiendo lógicamente en las zonas más quemadas y en las de transición dezona quemada a no quemada.
- La parte superior y los bajos del vehículo también se fotografiarán.
Posteriormente, y fijando la atención en cualquier tipo de marca dejada por el fuego, se tomarán todos los detalles en primeros planos y en planos intermedios, de tal forma que permitan ubicar el detalle en el vehículo.
Tanto el habitáculo de pasajeros como el compartimento del motor y el espacio para la carga deberán ser fotografiados con minuciosidad, así como los materiales que se encontrasen en ellos.
Posteriormente, se fotografiará concienzudamente todo el lugar del incendio, pormenorizando detalladamente los lugares en los que se encuentran residuos del vehículo o materiales del propio lugar donde se ha producido el incendio.
La existencia de restos de cualquier tipo de material deberá analizarse, posteriormente, como parte integrante y lógica del origen y desarrollo del incendio.
En caso de tener que analizar el vehículo incendiado en otro lugar diferente al que se produjo el incendio, es imprescindible también acceder al lugar donde se produjo para realizar el croquis de situación y analizar los materiales que allí se encuentran.
En el caso de que se tenga que analizar el incendio de varios vehículos simultáneamente es muy importante seguir un
estricto orden a la hora de realizar el informe fotográfico, ya que la identificación fotográfica incorrecta de algún detalle inducirá al error en el análisis de lo ocurrido.
Incendios producidos tras un accidente
El investigador ha de ser capaz de discernir, en un vehículo incendiado y accidentado, si el incendio se ha producido con anterioridad o con posterioridad al accidente de circulación.
Estas circunstancia, que parece tan obvia, no lo es tanto, ya que las declaraciones de los testigos y del propio conductor del vehículo accidentado e incendiado, suelen ser confusas y presentar multitud de contradicciones, por lo que el investigador no puede tomarlas como referencia.
Habrá que tener en cuenta las circunstancias propias del incendio, los datos que nos ofrezca éste, los restos y marcas de fuego y calor, así como, especialmente, el estado de los elementos mecánicos del vehículo accidentado.
- Un análisis pormenorizado de los elementos mecánicos, conducciones de combustible, líquidos de frenos, dirección y posibles pérdidas de cualquier otro fluido puede arrojar luz sobre la verdadera causa del incendio.
- Al analizar el accidente y comprobar que todos los daños en estos sistemas del vehículo se han producido como consecuencia del siniestro, se podría afirmar, casi con toda seguridad, que, al menos, debido al derrame de líquidos no se ha producido el incendio.
No obstante si, por ejemplo, se comprueba que los daños detectados en alguna de las canalizaciones, desajustes o tubos sueltos
no se deben a los efectos del accidente, ya se tienen elementos para dirigir la investigación del incendio.
El estado de las conducciones del combustible desde el depósito al motor, sus uniones y tubos, tanto de admisión como de retorno de combustible (tanto de alta como de baja presión) y las posibles roturas y fisuras que se han podido producir en el propio depósito de combustible se analizarán pormenorizadamente para comprobar si los derrames se deben a los deterioros propios del accidente o, si por el contrario, los daños eran anteriores.
La investigación de los incendios que se producen en un vehículo de motor tiene en cuenta multitud de factores, ya que además de la composición de los materiales o de la fuente de calor, hay que valorar los propios de la conducción (si se ha incendiado antes o después de un accidente) e, incluso, la clase de carga que transportaba (en el caso del transporte de mercancías).
La tercera consideración importante es el estado de conservación del vehículo y su edad, influyendo notablemente factores como:
- Pérdidas de fluidos.
- Estado del cableado eléctrico.
- Sistemas de protección.
- Daños anteriores al incendio.
Otro factor significativo es el tipo de materiales con los que se ha construido el vehículo o que transportaba en el momento del incendio:
- Recubrimientos interiores.
- Materiales inflamables.
- Carga peligrosa.
La conjunción de todos estos factores va a constituir la ecuación que cuantifica el riesgo de incendio en un vehículo a motor.
Naturaleza de los incendios de los vehículos a motor
En primer lugar, el incendio puede producirse en el propio vehículo o alcanzarlo, habiéndose originado en el exterior.
En ambos casos, el vehículo se incendiará, ocasionando su más que probable pérdida total. En este trabajo nos ocuparemos del primer supuesto, en el que el origen del fuego se localiza en el propio vehículo, independientemente de que se produzca antes o posteriormente a un accidente de circulación.
La forma de propagación de un fuego es la misma, independientemente de que se trate o no de un vehículo, por lo que necesitará, además, combustibles, fuentes de calor y comburentes.
Tradicionalmente, la naturaleza de los incendios en vehículos se ha achacado a temas eléctricos, sin que ello reste importancia a los producidos por ignición de combustibles líquidos o gaseosos o, incluso, a aquellos ocasionados por alguna fuente de calor puntual.
Combustibles
Los vehículos disponen de un motor térmico, que necesita combustible para producir energía. Pero, además del propio combustible del motor, en el vehículo existe un gran número de materiales combustibles, cuya participación en un incendio puede resultar decisiva.
Es el combustible que se encuentra en el foco del incendio y que lo provoca.
El combustible secundario alimenta y hace evolucionar y crecer el incendio, una vez producido. Como combustibles secundarios
van a actuar todos aquellos materiales que pueden arder, no sólo aquellos en los que se originó el incendio.
En un vehículo se pueden encontrar tres tipos de combustible: líquidos, gaseosos y sólidos.
- Combustibles líquidos
Existe un número muy elevado de combustibles líquidos en un vehículo; combinados con una fuente de calor pueden producir un incendio. En cualquier caso, aunque no ocasionen directamente el incendio, con toda seguridad intervendrán en su
evolución.
Para que se produzca la combustión es necesario que el líquido se gasifique. Por lo tanto, el peligro de ignición es mayor
en aquellos líquidos cuya ebullición sea más rápida o a menor temperatura.
Los líquidos inflamables más comunes en los vehículos son la gasolina, el gasóleo, el líquido de frenos, el aceite del motor
y del cambio, etc.
- Combustibles sólidos
La ignición de combustibles sólidos en el incendio de un vehículo se produce, normalmente, al incendiarse los protectores
exteriores de los cables eléctricos, como consecuencia de una sobrecarga o mal funcionamiento eléctrico.
El origen del incendio en su mayoría es debido a las sigientes causas:
- Sobrecargas: Gasolina (o gasoil), líquidos de freno, aceite… Son elementos líquidos existentes en la inmensa mayoría de vehículos y causantes de un alto porcentaje de los incendios que estudiamos en la reconstrucción de accidentes de tráfico. La ignición de combustibles sólidos, añadidos a un posible mal estado de protectores plásticos o cables son una causa de incendio debido a sobrecargas o mal funcionamiento eléctrico.
- Fugas de combustible: son la causa más común de incendios en vehículos a motor. El punto de inflamación de la gasolina es -43 °C, lo que significa que siempre se está evaporando para formar una concentración de gas combustible. Cuando se filtra y se evapora en el aire bajo el capó, la mezcla de combustible/aire es ideal para el encendido. Todo lo que necesita es una pequeña chispa. Y si la temperatura sube por encima de los 257 °C, la gasolina automáticamente se quemará sin la necesidad de una chispa.Los incendios por fugas en la línea de combustible, generalmente, son motivados por tuberías viejas y podridas o conectores defectuosos, así como de sistemas de inyección que no estén funcionando correctamente. Para más inri, las bombas de combustible de hoy en día agravan el problema al trabajar más duro para compensar una posible caída de presión en una línea que tenga fugas, lo que acaba alimentando inadvertidamente un incendio potencial. En un coche recién salido de fábrica, es más difícil que ocurra.
- fluidos inflamables y altamente peligrosos: que habitan en el vano, como el combustible (ya sea gasolina o diésel), circulan a altas temperaturas cuando el coche está encendido, y pueden incendiarse fácilmente si sus líneas, mangueras o depósitos reciben un fuerte golpe. Factores como un accidente o una pieza defectuosa cercana también pueden iniciar una barbacoa, donde se concentran estos líquidos. Piensa que un colector de escape, por ejemplo, puede acercarse al millar de grados; lo que caiga encima se va a quemar.
- La batería: Este elemento electroquímico acumulador presente en todos los automóviles es una fuente de calor que puede causar en determinadas circunstancias un incendio en el vehículo. Una mala manipulación de la batería o un mal estado de los bornes de conexión son suficientes para que salte alguna chispa debida a un mal contacto, provocando así un incendio en el vehículo.
- fallos en el sistema eléctrico: son la segunda causa más común de incendios en un coche. La batería de un automóvil puede producir hidrógeno gaseoso durante la carga, creando un peligro de explosión. Ésta y los cables asociados a ella transportan suficiente corriente para encender combustibles en caso de fallo. Incluso las bombillas rotas son una fuente de ignición, ya que los filamentos de los faros se calientan hasta temperaturas de alrededor de 1400 °C. Incluso en los propios asientos (de ajuste eléctrico) puede empezar un incendio.Los motores se mueven sobre y, prácticamente todo lo que está debajo del capó, vibra hasta cierto punto, lo que permite que los cables se desprendan de su aislamiento o se desgasten con el paso del tiempo y se desarrolle un cortocircuito. Los dispositivos de protección tales como fusibles e interruptores automáticos proporcionan un elemento de seguridad en caso de arcos o cableado sobrecargado, pero, a veces, un componente defectuoso, una mala reparación o una vaga instalación de una pieza, pueden vencer estas garantías.
- Motor sobrecalentado; un motor puede sobrecalentarse y hacer que sus fluidos internos, como el aceite y o el líquido refrigerante, se eleven a temperaturas peligrosas y comiencen a derramarse fuera de sus áreas de circulación. Cuando esto sucede, gotean y chorrean por todo el vano, incluido el sistema de escape y otras partes igualmente calientes, donde pueden encenderse y extenderse fácilmente. Y es que un motor que se sobrecalienta requiere atención mecánica, no es un síntoma que se pueda ignorar. Puede ser un sello o una junta, o el radiador que no funciona correctamente.
- El conductor: Al igual que el factor humano está detrás de la gran mayoría de los accidentes de tráfico, no hay que obviar este factor a la hora de analizar las causas de un incendio en un vehículo. Un clásico en este sentido es una colilla o cigarrillo que se cae en la tapicería, o el mechero mal colocado. No hay que olvidar que en el interior del vehículo existe una mayoría de materiales que pueden resultar inflamables ante un contacto con una fuente de calor.Por si fuera poco, en algunos casos como pueden ser vehículos dedicados a tareas laborales, puede darse el caso de transportar materiales peligros como son los extremadamente inflamables. Algunas sustancias son capaces de acumular vapores, que en circunstancias particulares pueden favorecer la aparición de un incendio.
Fuentes de calor en los vehículos
Es necesario identificar correctamente las fuentes de calor y, por lo tanto, los posibles focos de incendio en un vehículo de motor.
- Llama directa
La llama directa puede producirse por una cerilla o un mechero en el interior del habitáculo de pasajeros (o por el contratiro del carburador en vehículos alimentados de esta forma, cada vez más escasos y sustituidos por los sistemas de inyección, que prescinden de este elemento).
- Fricción
Dos superficies en contacto, con rozamiento, producen calor, por lo que resulta imprescindible que este calor se disipe convenientemente para evitar el aumento de la temperatura. Esta fricción se da entre una correa y una polea o en casos en los que una pieza se desprende sobre una correa.
Existen otras fuentes de calor por rozamiento o fricción, sobre todo en elementos móviles sometidos a desgastes y desajustes, como ruedas, neumáticos, tambores de frenos, zapatas, cojinetes, etc.
- Chispas
Las chispas de origen mecánico son partículas incandescentes producidas por el rozamiento entre dos superficies metálicas.
Estas chispas pueden generarse asimismo al rozar el acero con el pavimento, alcanzando temperaturas superiores a los 1.200 °C.
El magnesio también es un metal cuyas chispas pueden producir un foco de ignición, a diferencia del aluminio, cuyo roce con el asfalto genera chispas, que no son posibles focos de ignición.
- Superficies calientes
Los gases quemados del motor se liberan a través de una serie de conductos y canalizaciones que, debido al paso de los gases, se
calientan hasta temperaturas extremas, que pueden hacer arder a algunos de los combustibles del vehículo.
Por ello, el colector de escape, el silenciador y el catalizador son elementos a los que se debe prestar una atención máxima. De hecho, la superficie exterior de estas piezas puede alcanzar temperaturas superiores a los 300 °C.
Otro elemento sometido a altísimas temperaturas es el turbo-compresor, fabricado normalmente con aluminio en una zona fría
(admisión) y con acero en la caliente (escape). Catalizador o colector de escape.
- Fuentes eléctricas
El cableado del sistema eléctrico de un vehículo está com puesto por un elevado número de cables, con sus correspon
dientes aislantes, fabricados con plásticos que pueden arder.
- La disminución de la resistencia en alguno de los cables incrementará considerablemente la intensidad eléctrica que circula por el conductor, elevando la temperatura del conductor hasta la ignición.
- La rotura o mal funcionamiento de algún motor auxiliar, como un ventilador o un elevalunas eléctrico, puede ocasionar el
fuego.
En la batería las reacciones químicas que se producen pueden hacen que se desprenda hidrógeno, siendo este gas incoloro,
inodoro e insípido y muy inflamable, ya que su energía de ignición es muy baja, con lo que basta una pequeña chispa, fricción o electricidad estática para que salte una chispa y se produzca una ignición inmediata.
Por lo tanto, el riesgo de explosión de una batería es alto siempre que se le aproxime alguna fuente de calor.
Existe riesgo de que se produzcan chispas en la propia batería, tanto en su interior como en su exterior, con el consiguiente riesgo de explosión.
- Otras fuentes de calor
En la actualidad, la mayoría de los materiales textiles que se utilizan para fabricar asientos y recubrimientos son de tipo ignífugo; es decir, que no arden fácilmente por el efecto de una colilla o fuente de calor similar. Sin embargo, el efecto de una colilla sobre papeles, ropa o cualquier otro tipo de elemento combustible sí puede producir un incendio en el vehículo.
- Entre las negligencias humanas que, directamente, ocasionan un incendio en el vehículo, se puede citar, en primer lugar, la caída de colillas encendidas en el habitáculo o las olvidadas en el vehículo una vez desalojado.
- Otro tipo de negligencia muy común es el derrame de combustible por la boca de llenado, llegando incluso al suelo. En estos casos, el incendio es inmediato si se produce una chispa por rozamiento o fricción.
- Los mecheros eléctricos que llevan de serie la mayoría de los vehículos pueden producir un incendio, en caso de que se depositen sobre alguna superficie plástica del habitáculo, fuera de su alojamiento en el salpicadero.