¿Qué es la Conducción Preventiva?
Forma de conducir que te permite adelantarte a los imprevistos que puedan ocurrir durante la conducción.
La conducción defensiva o preventiva permite recoger la información necesaria para circular con seguridad, adelantarse a unos acontecimientos predecibles, reaccionar adecuadamente y adaptar la conducción a las circunstancias que se nos presentan en la vía.
Aplicando las técnicas de conducción preventiva el conductor evita verse involucrado en situaciones peligrosas, anticipándose a ellas y protegiéndose adecuadamente.
Si salimos de Viaje en una conducción preventiva, el conductor:
■ Recoge la información necesaria antes de empezar el viaje para circular con seguridad.
■ Se adelanta a los imprevistos que puedan suceder y reacciona bien ante ellos.
■ Se adapta a las circunstancias en cada momento del viaje.
Para conducir de forma preventiva, hay que seguir una las técnicas de conducción preventiva se basan en tres principios:
- Visión, que implica saber mirar para recoger la información necesaria y desechar la que pueda distraer de la conducción.
- Anticipación, para prever los movimientos de los demás usuarios y adelantarse a ellos.
- Espacio, manteniendo las distancias de seguridad para poder actuar ante cualquier imprevisto.
Mirar a lo lejos
Debes mirar a lo lejos para controlar lo que pasa en el espacio que va a recorrer tu vehículo en los siguientes 20 segundos. Así podrás prever las situaciones de peligro y evitar frenazos y acelerones bruscos.
Cuanto más rápido conduzcas, más lejos debes mirar.
- Autovía – 120 kilómetros por hora – 660 metros
- Carretera – 80 kilómetros por hora – 440 metros
- Vía urbana- 40 kilómetros por hora – 220 metros
A medida que aumenta la velocidad, debe mirarse cada vez más lejos.
Mirar a los lados
Tardamos más en ver lo que pasa a los lados que lo que pasa al frente. Por eso, es necesario revisar todo el rato qué está pasando a la izquierda y a la derecha durante el viaje. Esto se hace a través de los espejos retrovisores porque permiten ver lo que pasa detrás y a los lados del vehículo.
Debes mirarlos durante el viaje, aunque no vayas a hacer ninguna maniobra.
La cantidad de veces que los mires dependerá del tipo de carretera por la que vayas.
Se miran rápido, de forma breve para seguir prestando atención al resto de la carretera.
Debes tener en cuenta que siempre hay un espacio a los dos lados del vehículo que no puedes ver, aunque lleves bien colocados los retrovisores. Estos espacios se llaman “ángulos muertos” y son peligrosos porque no puedes controlar lo que está pasando en ese lugar.
Para asegurar que no hay otro vehículo en la zona de ángulo muerto, puedes girar la cabeza y mirar a través de la ventanilla. Es importante comprobar que no hay otro vehículo en el ángulo muerto antes de girar el vehículo hacia ese lado para cambiar de carril.
Detector de ángulos muertos (BSM)
Hay un sistema que se encarga de avisarte cuando hay otro vehículo en la zona de ángulo muerto que avanza hacia tu vehículo. En esos casos se enciende una luz que está colocada en el espejo retrovisor. Algunos detectores de ángulos muertos se encienden siempre que otro vehículo está en la zona de ángulo muerto. Otros detectores solo se encienden si activas la luz intermitente para cambiar de carril y hay otro vehículo en el ángulo muerto.
Anticipación
Para poder anticiparse y tener tiempo para reaccionar es fundamental mantener una velocidad adecuada, que se adapte a las circunstancias de la vía y su entorno, del vehículo y del propio conductor y que permite reaccionar con seguridad si surge un peligro.
Para evitar riesgos y reaccionar rápido ante imprevistos en la carretera, debes:
■ Mantener una velocidad adecuada a tus circunstancias, las del vehículo y las de la carretera en todo momento.
■ Encender las luces que sean necesarias en cada momento para que otros vehículos te vean y sepan qué movimiento vas a hacer.
■ No estar mucho tiempo en el ángulo muerto de los retrovisores de otro vehículo. En especial si circulas al lado o detrás de un vehículo muy grande.
■ Señalar siempre las maniobras que vas a hacer durante el tiempo que sea necesario.
Controlar el espacio
Espacio delantero
Es aconsejable que entre tu vehículo y el de delante haya dos o tres segundos de separación. Es decir, que te cueste dos o tres segundos alcanzarle a la velocidad a la que vas.
Sin embargo, en determinadas circunstancias debe aumentarse este intervalo de seguridad al menos un segundo más, como por ejemplo:
- Cuando se conduce en condiciones ambientales adversas (como la lluvia o por la noche).
- Cuando el estado del conductor no es el más adecuado, por ejemplo, si se encuentra un poco fatigado o somnoliento.
Espacio trasero
En algunas ocasiones es el vehículo de atrás el que se acerca mucho.
Lo que debes hacer en esas situaciones es:
■ Dejar más distancia de seguridad con el vehículo de delante para no frenar brusco ante un imprevisto.
■ Señalizar con más tiempo las maniobras que vas a hacer.
■ Frenar de forma suave y con tiempo suficiente para que el conductor del vehículo de atrás pueda reaccionar.
Espacio a los lados
Debes circular a una velocidad adecuada y mantener la distancia de separación necesaria al adelantar a otros vehículos o cruzarte con ellos. Por ejemplo, al cambiar de carril o abrir la puerta del vehículo para bajar de él. Hay que procurar estar fuera de la zona
de ángulo muerto de otros vehículos.
Espacio al detener el vehículo
Cuando pares el vehículo por alguna circunstancia, como un semáforo o un atasco, debes mantener una distancia de, al menos, dos o tres metros con el vehículo de delante.
De esta forma:
■ Tendrás tiempo de avisar al conductor de delante si echa su vehículo hacia atrás.
■ Podrás adelantar al vehículo de delante si se queda aparcado por algún motivo.
■ No golpearás al vehículo de delante si otro vehículo golpea el tuyo por detrás.
Además, el conductor del último vehículo de la fila, para evitar alcances, podrá:
■ Mantener una distancia de cinco o seis metros con el vehículo de delante.
■ Mantener el freno pisado y encender las luces de emergencia en un atasco para que se le vea mejor.
■ Mirar por el retrovisor y vigilar a los vehículos que vienen por detrás.
Preparación Trayectos Largos
La improvisación a la hora de realizar un viaje de larga duración no es aconsejable. Para que éste pueda llegar a buen término es fundamental una preparación en la que se debe tener en cuenta :
- El estado del vehículo, comprobando que lleva todos los repuestos y herramientas obligatorias.
- El estado del conductor.
- La elección del itinerario y de los días y horas de salida.
- La documentación del conductor y del vehículo.
- El confort de los ocupantes y la colocación adecuada de equipajes y bultos.
La preparación se realiza en dos fases:
- Anticipada, unos días antes, por si hay deficiencias del vehículo o de la documentación cuya solución requiera algún tiempo.
- Inmediata, momentos antes de emprender la marcha, haciendo una revisión rápida de todo por si ha surgido algún problema a última hora.
El conductor debe emprender el viaje descansado y relajado, para lo que debe dormir lo suficiente y evitar los fuertes cambios emocionales antes de iniciar la conducción .
- Dormir lo suficiente y evitar preocupaciones para salir descansado y relajado.
- Evitar las comidas abundantes ya que producen digestiones pesadas, amodorramiento y sueño, sobre todo si se acompañan con alcohol.
- Evitar los medicamentos contraindicados en la conducción. Si tomamos un medicamento, es conveniente consultar al médico y leer el prospecto para saber si puede perjudicar la conducción.
- No ingerir bebidas excitantes o alcohólicas.
Es recomendable llevar el vehículo a un taller para realizar una completa revisión, comprobando :
- Batería: estado de carga, nivel de electrolito y limpieza de los bornes.
- Alimentación y encendido: estado del filtro de aire y correcta puesta a punto.
- Alumbrado y señalización óptica: funcionamiento de todos los sistemas incluido lámparas de repuesto y reglaje y limpieza de los faros.
- Ruedas y neumáticos: estado de los neumáticos, correcta presión de inflado, equilibrado de las ruedas, etc.
- Frenos: nivel de líquido de frenos, estado de pastillas y zapatas , posibles fugas en circuito, tensado del freno de mano, etc.
- Engrase: estado del filtro de aceite y nivel de aceite.
- Refrigeración: estado y tensión de la correa de la bomba, estado y tensión de la correa de la bomba de agua y nivel de líquido refrigerante.
- Limpiaparabrisas y lavaparabrisas: estado de las escobillas y nivel del líquido del depósito.
- Suspensión: estado de los muelles y los amortiguadores.
- Remolque: si el vehículo arrastra un remolque se debe comprobar también el estado de los dispositivos de enganche, el estado de las luces , ruedas y frenos del mismo.
Itinerario Adecuado
Para elegir un itinerario adecuado es recomendable consultar un mapa de carreteras para elegir la ruta más segura y cómoda, evitando en lo posible las vías en obras. Si el viaje se realiza en invierno, es conveniente llevar cadenas para la nieve por si fueran necesarias y , si es posible, evitar conducir durante la noche.
En invierno se debe procurar llevar siempre el depósito lleno, ropa de abrigo y un teléfono móvil por si el vehículo se queda bloqueado por la nieve.
Es mejor adelantar o retrasar el viaje para evitar los días que originan salidas masivas de vehículos. Para evitar las horas punta es mejor hacer la salida escalonadamente y estar atentos a las recomendaciones de las autoridades encargadas del tráfico, facilitadas por la radio, televisión sobre los niveles de calidad de circulación.
Conductor:
- Conducir relajadamente. No tener prisa para llegar cuanto antes al destino.
- No causar peligro, entorpecimiento o molestia a los demás.
- Nunca competir, dar lecciones picarse o vengarse de otros. Estar siempre dispuesto a perdonar los errores de los demás usuarios.
- Adelantar correctamente cuando sea posible y cooperar cuando se es adelantado.
- Circulando en caravana extremar las precauciones, mantener la distancia de seguridad y no cambiar de carril sin necesidad.
Vehículo:
- Debe ser conducido con suavidad, sin brusquedades.
- Observar con frecuencia los indicadores y los testigos del cuadro de instrucciones.
- Repostar a tiempo, sin dejar que se agote la reserva de carburante.
- Mantener en el habitáculo una buena ventilación y clima agradable.
Descansos y comidas:
- Descansar cada dos horas de conducción o cada 200 kilómetros aproximadamente, buscar un lugar adecuado fuera de la vía, un área de descanso o de servicio si es posible.
- Evitar las comidas copiosas, procurar comer alimentos de fácil digestión.
- No tomar bebidas alcohólicas ni gaseosas.
- Aprovechar los descansos para echar un vistazo al vehículo, especialmente a los neumáticos.