La Alimentación en la Conducción
La alimentación es un elemento muy importante a la hora de ponerte al volante. La fatiga, la somnolencia, la reducción de la capacidad de concentración o la falta de reflejos muchas veces están directamente relacionados con una alimentación inadecuada para la conducción.
Conducir con el estómago vacío es igual de perjudicial que hacerlo con el estómago demasiado lleno. En el primer caso, la falta de alimento provocará que la atención y la seguridad al volante disminuyan, en el segundo caso, con el estómago trabajando a pleno rendimiento para hacer la digestión, podrán aparecen síntomas peligrosos para la conducción como el sueño, la falta de concentración y el cansancio.
Aprovecha tus paradas en áreas de servicio para optar por una alimentación saludable, de calidad y con productos frescos.
Recuerda que es importante no comer mientras conduces, ya que podrías distraerte con facilidad.
Hábitos Saludables & Consejos de Salud
Comer en la carretera
Durante el viaje disminuye la capacidad de atención, por lo que se debe parar cada 200 kilómetros o cada 2 horas, bajando del coche a estirar las piernas y comer algo de fruta, galletas, chocolate, etc, además de reponer líquidos. Cuando se viaja no podemos comer lo que habituamos en casa y debemos hacerlo en servicios de restauración que encontramos en carretera (bares, self services, restaurantes…).
Consejos a la hora de comer y beber en viaje
Ten en cuenta que es mejor realizar comidas ligeras y frecuentes a lo largo del día, que espaciadas y abundantes. Esto le ayudará a mantener la atención y a reaccionar con rapidez. Las comidas copiosas y sobre todo el alcohol son dos de los peores enemigos a la hora de realizar un viaje en coche, por lo que a continuación se proponen una serie de recomendaciones para comer adecuadamente a la hora de viajar.
Ten en cuenta que la conducción es una actividad ligera por lo que no es necesario un aporte de energía suplementario a la hora de ponerse al volante.
- Toma una comida ligera, o no comas antes y durante los viajes cortos.
- Es importante no reprimir la sensación de hambre, es peligroso hacerlo porque el conductor se siente cansado, se pone nervioso, la atención y la velocidad de reacción disminuyen y el peligro de accidente aumenta de manera considerable.
- Evita la ingesta de medicamentos con efectos directos sobre la visión o la coordinación.
Come y bebe despacio, masticando y ensalivando bien los alimentos y asegurándote de que los trozos que introduces en la boca sean pequeños (del tamaño de un dado como máximo); cómodamente sentado y relajado, procurando no hablar nunca de cuestiones que le estresen antes de proseguir el viaje.
ANTES DE INICIAR EL VIAJE
Cuando se viaja es obvio que no podemos comer lo que habituamos en casa y debemos hacerlo en servicios de restauración que encontramos en carretera (bares, self services, restaurantes…).
En estos casos, conviene tener unos conocimientos básicos de alimentación, para poder escoger el menú más apropiado y saludable en cada caso.
¿Tiene importancia lo que hemos comido antes de iniciar el viaje?
La alimentación del conductor debe ser variada, de modo que contenga todos los nutrientes necesarios para el organismo.
- Come en la medida justa. Recuerda que comer de más es tan perjudicial como comer de menos. Se debe aportar la energía precisa, como hemos indicado: ni más ni menos que la que requeriremos para la conducción.
- Es importante mantener una dieta ligera con hidratos de carbono, proteínas y minerales suficientes. Debe estar exenta de grasas.
- En general, prefiera alimentos jugosos que apenas precisan grasa ni cocción prolongada.
- Come variado, una dieta ligera basada en hidratos de carbono y proteínas te será de ayuda a la hora de ponerte al volante.
- Evita las grasas, condimentos picantes, la comida demasiado caliente o legumbres.
- No bebas alcohol si vas a conducir. El alcohol aumenta la somnolencia y favorece la deshidratación.
- Come y bebe despacio.
- Planifica tus descansos para comer. Recuerda que es recomendable parar cada dos horas, aprovecha y come algo ligero antes de continuar la marcha.
- Planifica tu ruta antes de salir. Tener identificados los lugares en los que puedes parar a comer y descansar te será de utilidad.
Vigila la hidratación
- Abstente de beber alcohol, aumenta la somnolencia, favorece la deshidratación y es un factor de riesgo muy importante en la conducción.
- Lleva siempre agua a bordo. Bebe aunque no tengas sed, la deshidratación produce fatiga y cansancio, lo que afecta a la capacidad de concentración.
- Bebe aunque no tenga sed: La deshidratación produce fatiga muscular.
- En viajes largos, bebe con frecuencia pequeñas cantidades para mantener estable su ingestión de líquidos.
- Consume al menos los vasos de líquido recomendados al día (2 litros al día).
- Toma bastante agua, batidos, refrescos no gasificados o zumos de frutas y verduras frescas. Esto ayudará a mantenerse hidratado, a refrescarse además de seguir una dieta saludable.
CONSECUENCIAS DE UNA ALIMENTACIÓN INADECUADA
- Favorece la somnolencia
- Produce fatiga y disminución de los reflejos.
- Ocasiona molestias digestivas: ardores, pesadez, flatulencia, náuseas y posibles vómitos.
- Induce la aparición de otros síntomas como mareos, sudoración o dolor de cabeza entre otros.
LO QUE DEBEMOS EVITAR
• Tenga mucho cuidado con los alimentos que se venden en puestos callejeros y rechace cualquier producto que no le ofrezca suficiente garantía.
• Evite las salsas abundantes y las comidas copiosas que dificultarán su digestión, favorecerán el mareo y provocarán somnolencia.
• Los alimentos muy salados, muy condimentados y ricos en grasas animales. Debemos recordar que el abuso de los condimentos como especias o picantes irritan el estómago y aumentan la acidez.
• Evite tomar leche caliente: favorece la somnolencia.
• En general cualquier líquido excesivamente caliente (caldo, sopa, etc) además de la somnolencia también favorece la acidez de estómago.
• Evite los alimentos que producen flatulencia cuando esté de viaje: Los alimentos que inducen flatulencia hacen que el diafragma se desplace hacia arriba, comprimiendo la región mediastínica y
originan molestias importantes. Hay alimentos que la tradición indica que son flatulentos, es decir, provocan inevitablemente la formación de gases. Es el caso de los cereales (salvo el arroz), de las legumbres (especialmente los garbanzos, las alubias y las lentejas), de ciertas verduras (sobre todo brócoli, cebolla cruda, col, col rizada, coliflor, colinabo, coles de Bruselas, espárragos, ajo crudo, patatas, pepinos y rábanos).
• Las comidas fugaces o por contrario muy copiosas, pueden producir bajadas de azúcar en sangre (hipoglucemias) o somnolencia y molestias digestivas respectivamente, perjudicando el rendimiento tanto físico como intelectual.
• Además, las comidas de difícil digestión y que no favorecen el vaciamiento gástrico hacen que el aporte de sangre se concentre más en los órganos digestivos, en detrimento del cerebro.
• Evite las bebidas gaseosas.
• No abuse de las bebidas estimulantes como el café, té o cola.
• El café es uno de los principales estimulantes que consumimos para comenzar el viaje despejados, combatir el sopor tras el almuerzo y ayudar rápidamente a restablecer la lucidez y la atención al volante.
Los expertos fijan el consumo moderado de café de 300 miligramos al día, lo que equivale a tres tazas de café. Por tanto no deberíamos tomar más de 2 tazas durante el trayecto, pese a lo que podamos
pensar, que no conseguiremos aumentar nuestra atención al volante.
¿Qué alimentos elegir?
En todos los restaurantes existen posibilidades de elegir un menú adaptado a nuestras necesidades y apetencias. En cualquiera que sea tu elección, te aconsejamos:
- Tomar la cantidad justa de pan, 1 ó 2 rebanadas de dos dedos de grosor.
- Toma un buen vaso de agua mientras esperas al menú.
- También es recomendable esperar un tiempo (entre 15 y 20 minutos) al terminar de comer antes de conducir.
- Es importante beber agua o zumos para que el cuerpo esté hidratado y tener menos posibilidades de sufrir sueño o fatiga.