¿Qué es la conducción eficiente o racionalmente económico?
La “conducción eficiente” es modo de conducir el vehículo que tiene como objetivo lograr un bajo consumo de carburante a la vez que reducir la contaminación ambiental. Respecto a los modos convencionales de conducción, esta forma de conducción se rige por una serie de reglas sencillas y eficaces, que tratan de aprovechar las posibilidades que ofrecen las tecnologías de los motores de los coches actuales.
La actitud del conductor y su estilo de conducción son también decisivos a la hora de reducir el consumo.
Este curso de Conducción eficiente de turismos tiene como objetivo, por una parte, aportar de forma sencilla y clara los conceptos asociados con el consumo de carburante para motivar al conductor, y, por otra, definir las técnicas de “conducción eficiente” a aplicar por el conductor en su conducción diaria.
Como todo proceso de aprendizaje de habilidades, la práctica es necesaria para alcanzar los objetivos deseados, por lo tanto es necesario que el conductor practique los conocimientos adquiridos en su conducción diaria.
Las mejoras de “conducción eficiente” son:
1. Para el propio conductor:
- Mejora del confort de conducción y disminución de la tensión.
- Reducción del riesgo y gravedad de los accidentes.
2. Para el Parque Móvil:
- Ahorro económico de combustible.
- Menores costes de mantenimiento (frenos, embrague, caja de cambios, neumáticos y motor)
3. Globalmente:
- Reducción de contaminación urbana que mejora la calidad del aire respirado.
- Reducción de emisiones de CO2 y con ello mejora de los problemas del calentamiento de la atmósfera, ayudando a que se cumplan los acuerdos internacionales en esta materia.
- Ahorro de energía a escala nacional que incide en balanza de pagos y reducción de dependencia energética exterior.
Consumo energético y contaminación ambiental
La energía, en cualesquiera de sus formas, es necesaria para la supervivencia de la humanidad. Sin la misma no sería posible lograr los avances tecnológicos, sociales, y económicos, que deben propiciar la mejora de los niveles de vida de los habitantes del planeta. Sin embargo, la energía tal como hoy día lo conocemos, no es infinita. Además, en el sector del transporte se utilizan mayormente combustibles de origen fósil que producen importantes emisiones de CO2 a la atmósfera. El incremento de concentración de este gas es responsable del denominado
“efecto invernadero”: hace que tienda a subir la temperatura media de la tierra, pudiendo provocar graves problemas a la humanidad, como la modificación de la meteorología o el incremento del nivel de los mares. En Europa existe un firme propósito de desarrollar otras
fuentes de energía que emitan mínimas cantidades de CO2 a escala global. Estas son las energías renovables en general (los bio-combustibles en particular), y otras energías alternativas al petróleo. Sin embargo, hoy día la capacidad de sustituir significadamente a los derivados del petróleo no es probable a corto o medio plazo. Surge entonces la necesidad de implantar nuevos programas de reducción del consumo de carburante en los coches.