El tacómetro o cuentarrevoluciones
Uno de los parámetros fundamentales dentro de la conducción eficiente es la forma de realizar los cambios de marchas, es decir, cuándo y cómo realizar el cambio.
El indicador clave a seguir para realizar los cambios de marchas, así como para controlar el desarrollo de nuestra conducción, es el tacómetro o cuentarrevoluciones.
Los cambios de marcha se llevarán a cabo en función de las condiciones de carga del vehículo, de la circulación, de la pendiente de la vía y del propio motor del vehículo.
La consigna a seguir para los cambios de marcha, es la de realizarlos de tal forma que tras la realización del cambio, las revoluciones que indica el cuentarrevoluciones sean las correspondientes al inicio de la zona verde.
La mayoría de los coches lo llevan incorporado en el cuadro de mando. Sin embargo existen algunos coches que no lo incorporan y el conductor debe, en ausencia del mismo, realizar la conducción basándose en la velocidad y en su propia sensibilidad, es decir, “escuchando” el motor.
Una forma equivalente de controlar el régimen de funcionamiento del motor, se tenga o no se tenga tacómetro, es mediante el indicador de velocidad, al tener cada marcha asignadas unas revoluciones adecuadas para su funcionamiento y equivalentemente un rango de velocidades asociadas a dichas revoluciones, como se verá en apartados posteriores.
Realización general de los cambios de marchas
Los cambios de marchas se realizarán:
En los procesos de aceleración, cambiar de forma rápida hasta la marcha más larga en la que se pueda
circular:
Según las revoluciones:
- En los motores de gasolina: entre las 2.000 y 2.500 rpm.
- En los motores diesel: entre las 1.500 y 2.000 rpm.
Según la velocidad:
2ª marcha: a los 2 segundos o 6 metros
3ª marcha: a partir de unos 30 km/h
4ª marcha: a partir de unos 40 km/h
5ª marcha: a partir de unos 50 km/h
En Deceleraciones no exigentes o extremas
En los procesos de deceleración, cambiar lo más tarde posible, levantando el pie del acelerador y efectuando las pequeñas correcciones necesarias con el pedal de freno.
La primera marcha
Una vez que se ha arrancado el motor (o cuando se está parado con el motor en marcha), se encuentra en régimen de ralentí. Para comenzar a circular, se precisa de más fuerza o energía que para mantener el coche a una determinada velocidad. Facilitar esta labor es el cometido de la primera.
La primera marcha es la más corta de todas, y la que mayor fuerza transmite al vehículo. Pero, en contrapartida, es la que provoca un mayor consumo de combustible. En consecuencia, se ha de acelerar de forma suave y progresiva para cambiar rápidamente a la 2ª marcha, a los 2 segundos aproximadamente, o, de forma equivalente, a unos 6 metros de trayecto recorrido. marcha.
Las marchas largas
En las siguientes tablas se puede apreciar de forma gráfica la importancia de la utilización de las marchas largas en la conducción. Las tablas muestran, a la velocidad de 60 km/h, el ahorro en carburante que supone el circular con marchas más largas, teniendo en cuenta la cilindrada del
vehículo:
Se puede observar que el ahorro que supone circular en la 4ª marcha en vez de la 3ª, sobrepasa en ambos casos el 10%, mientras que si se circula en la 5ª marcha, supone un ahorro de carburante del 15% en la menor cilindrada, y hasta un 20% en la mayor. Luego se pueden extraer dos claras conclusiones de las gráficas:
- Cuanto más larga la marcha con la que se circula, siempre por encima de un número mínimo de revoluciones del motor, menor consumo de carburante.
- A mayor cilindrada, mayor impacto en el consumo tiene el circular en una marcha más larga.
Inmediatamente después de cambiar a una marcha superior, se ha de pisar rápidamente el acelerador, moviendo el pedal hasta la posición necesaria para mantener la velocidad o la aceleración requerida.