Consumos en aceleraciones
Aparte de la relación directa de la velocidad con el consumo de combustible, existen otros factores que van ligados a esta mencionada relación y que afectan al consumo, como la aceleración.
Al acelerar más, el motor debe trabajar más y por lo tanto consume más combustible.
Acelerar de manera brusca para para aumentar la velocidad y subir de marcha son solo algunos de los aspectos que influyen en el consumo del motor. Por ello es importante que prestes atención a cómo realizar de manera correcta ambas acciones para así reducir el consumo y a la vez, conducir con total seguridad.
Por lo tanto la forma correcta de acelerar es hacerlo de forma progresiva para optimizar la combustión del carburante, subiendo al régimen de revoluciones necesario para realizar el cambio de marchas de una forma más eficaz.
Es importante aprovechar en bajadas la propia inercia del vehículo para que este se desplace, así como utilizar la marcha más larga. Con ello lograremos un menor consumo.
Adelantamientos y situaciones especiales
Ante un adelantamiento o situaciones especiales que exijan extraer del motor sus máximas prestaciones posibles, nos olvidaremos del ahorro de combustible dado que la seguridad prevalece sobre la economía.
Se debe prescindir si es necesario de los consejos de este curso para ahorrar combustible, dado que la seguridad prevalece sobre la economía.
Ante un adelantamiento, se debe minimizar el tiempo invertido en la maniobra, extrayendo del motor del vehículo sus máximas prestaciones posibles. Para lograr este objetivo se manejará la caja de cambios de manera que siempre se sitúe al motor alrededor de la zona de régimen de potencia máxima del motor, es decir, se cambiará a una marcha superior un poco
por encima del régimen de potencia máxima, o se descenderá a una marcha inferior cuando se esté un poco por debajo del citado régimen.
Se procurará asimismo, calcular el adelantamiento con suficiente antelación, de manera que al cambiar de carril, la velocidad sea ya relativamente mayor que la del vehículo adelantado y teniendo en cuenta la limitación impuesta por el limitador de velocidad del vehículo. Para ello, es fundamental guardar una holgada distancia con el vehículo precedente, y comenzar a acelerar antes de cambiar de carril, aprovechando el espacio guardado. Esta distancia guardada con el vehículo precedente permite además, si se falla en la apreciación, utilizar la misma para desistir de la maniobra.
Incorporación de forma adecuada a carreteras
Para la incorporación de forma adecuada a carreteras y autovías, es necesario que en el tramo de incorporación se alcance de forma aproximada la velocidad que el tráfico tiene o debe tener en la vía a la que se realiza la incorporación.
La incorporación puede, en algunos casos, realizarse a una velocidad relativamente alta, si con ello se incrementa la seguridad en la operación.
Para lograr una buena aceleración en el carril de incorporación, puede ser necesario cambiar de marchas a un número relativamente alto de revoluciones dentro del intervalo asignado al cambio de marchas. Sin embargo, cuando el conductor circula con previsión, anticipación, y una conveniente distancia de seguridad, las aceleraciones pueden realizarse en la mayoría de los casos sin sobrepasar las 2.500 revoluciones, si la situación se complica nos olvidaremos del ahorro de combustible dado que la seguridad prevalece sobre la economía.
Circulación en una determinada marcha
Como se ha mostrado en anteriores apartados, la circulación del vehículo en una determinada marcha se desarrollará en la parte baja o inicial de la zona verde del cuentarrevoluciones. Esta zona se corresponderá a su vez aproximadamente con el inicio del intervalo de revoluciones de par máximo.
En situación favorable de circulación, esta condición se alcanzará con carga o posición del pedal acelerador en torno a las 3/4 partes de su recorrido.
“La posición de plena carga por tanto, se empleará solamente en condiciones especiales de mayor exigencia al motor (saltos de marchas, incorporaciones a autovías, fuertes subidas, etc”.
Selección de la marcha más adecuada en condiciones favorables
Los cambios de marcha se llevarán a cabo en función de las condiciones de carga del vehículo, de la circulación, de la pendiente de la vía y del propio motor del vehículo.
La consigna a seguir para los cambios de marcha, es la de realizarlos de tal forma que tras la realización del cambio, las revoluciones que indica el cuentarrevoluciones sean las correspondientes al inicio de la zona verde.
Selección de la marcha más adecuada en desniveles
En las pendientes ascendentes, se actuará de la siguiente forma:
Si se estima que el vehículo puede continuar transitando a la misma velocidad, únicamente pisando más el acelerador.
No se cambiará de marcha y se aumentará la carga sobre el acelerador.
- Si las revoluciones no bajan, o bajan muy despacio y puede mantener la velocidad: sin salir de la zona verde del cuentarrevoluciones, se mantendrá la situación hasta que termine la pendiente, momento en el que se reducirá la carga ligeramente, hasta recuperar la velocidad
anterior. - Si la caída de revoluciones es acusada no puede mantener la velocidad de manera que sale de la zona verde: se reducirá media marcha, o incluso una entera , repitiendo las reducciones de marcha hasta que se llegue a un régimen de velocidad
constante, en la parte alta de la zona verde del cuentarrevoluciones.
Si la velocidad fuese demasiado reducida, podría usarse el motor en la zona de potencia máxima, para mantener una velocidad adecuada a la vía, pero conllevando un alto consumo de carburante.
Cuando el vehículo culmina una subida en la que se ha tenido que reducir de marchas, e inicia posteriormente una pendiente descendente, se aprovechará la bajada para volver de nuevo a la velocidad de crucero, dejando que el vehículo se acelere ayudado por la pendiente.
Los cambios de marchas se realizarán de manera que la aguja del cuentarrevoluciones se sitúe en la parte inferior de la zona verde del cuentarrevoluciones.
En las descensos pronunciados, se actuará de la siguiente forma:
Se utilizará el freno motor lo más posible, aumentando el régimen de giro del mismo a base de las reducciones de marchas oportunas para que el vehículo no se acelere.
A mayor régimen de giro del motor y menor relación de cambio, se obtendrá una mayor retención del mismo. En estas ocasiones, no hay problema en subir de vueltas el motor, aunque sin llegar a entrar en la zona roja (cuyo inicio se encuentra en torno a las 2.400 r/min), para no ocasionar daños en el mismo.
Utilización de los medios de ralentización y de frenado en las bajadas
Los retardadores trabajan en conjunto con los frenos de motor o freno en el escape, por lo general no son capaces de detener por completo los vehículos, ya que su efectividad disminuye a medida que disminuye la velocidad del vehículo.
- Se usan como una asistencias adicional para reducir la velocidad y el frenado final mediante los frenos de servicio convencionales.
Los ralentizadores deberían ser utilizados en el 90% de las frenadas y el freno de esta forma, los frenos convencionales estarán listos y en excelentes condiciones para poder usarlos en situaciones realmente de peligro o emergencia.

Forma correcta de usar el retardador:
- Preseleccionar la marcha y velocidad a la que se vaya a realizar el descenso.
- Determinar la potencia de frenado disponible del retardador en función de la carga.
- Aplicar la potencia de frenado del retardador punto por punto.
- Matener de 1500 – 2.400 r.p.m dependiendo del vehículo.
- Si el retardador no puede mantener el vehículo en la velocidad marcada, frenar con firmeza y disminuir el numero de marchas que se crea conveniente.
Frenado continuado en pendiente
- Cambiar a una marcha inferior para aumentar la velocidad de giro del motor.
- Ajustar la velocidad del vehículo mediante el retarder
- Seleccionar en el retarder la función de velocidad constante, o en su defecto, algún punto concreto de frenado.
Semáforos y detenciones previsibles
En las deceleraciones previas a una detención, se evitarán los frenazos si se conduce con previsión y anticipación. Cuanto más suaves sean, menos energía se estará desperdiciando, y por tanto, más combustible se ahorrará.
Ante una detención en un semáforo, se utilizará nuevamente la técnica del rodaje por inercia con la marcha engranada, desembragando el motor de la caja de cambios en el último momento.
Si desapareciese la causa de la detención, por ejemplo al cambiar el semáforo a verde, se seleccionará la marcha adecuada a la velocidad de ese instante y se comenzará a acelerar de nuevo.
Se utilizarán también, en la medida de lo posible el freno motor o los retardadores y, en caso de ser necesario, el freno de servicio. Con el aprovechamiento de las inercias, se intentará evitar las detenciones previsibles en la medida de lo posible, ya que dan lugar posteriormente al empleo de marchas cortas para las arrancadas posteriores, en las cuales se producen elevados consumos de carburante.
El inicio del movimiento del vehículo en cada una de las detenciones realizadas, llega a suponer un consumo adicional de hasta 1 litro de carburante en vehículos de gran tonelaje.
Curvas y giros
Para el correcto trazado de una curva, se ha de tener en cuenta con la suficiente previsión su curvatura, anchura del carril, tipo de firme, peraltes y demás características del entorno. El conductor, analizando estas características, decidirá a qué velocidad entrará en la
misma, evitando aceleraciones o frenazos repentinos por falta de previsión y anticipación de su trazado.
- Se evitará la práctica común de frenar inmediatamente antes de la toma de una curva, para a continuación reducir de marchas y acelerar durante su trazado. Con este hábito, además de perderse la inercia de circulación del vehículo, se aumentará el estrés del conductor y la peligrosidad en la circulación.
- Se debe preparar la curva mucho antes de iniciarla, utilizando el rodaje por inercia con la marcha engranada y de manera que las frenadas previas a la misma sean,
siempre que sea posible, reducciones de marchas en vez de utilizaciones del freno de servicio.
Siempre que sea posible, se entrará a una curva con una velocidad adecuada a su trazado y sin usar el freno de servicio, sino solamente con la retención del motor. - Durante su trazado, se mantendrá una velocidad uniforme con el pie en posición estable sobre el pedal acelerador, para luego volver a acelerar de forma progresiva a la salida de la misma.
En las glorietas
Se adecuará la velocidad del vehículo al trazado y al tráfico que presenten las mismas, utilizando nuevamente el rodaje por inercia con la marcha engranada, evitando, siempre que sea posible, la detención del vehículo a la entrada de la rotonda.
En la aproximación a la entrada de la glorieta, es necesario también prever las trayectorias que se encuentran realizando los vehículos en la misma y que pudieran interferir con la de nuestro vehículo (por ejemplo, para buscar un hueco de entrada en la glorieta, si los
coches entran con fuerza y rectos en su trayectoria, es porque seguramente van a salir de la misma sin completarla).
La incorrecta previsión de estas circunstancias, representará seguramente una nueva detención con el consiguiente gasto de carburante que genera la posterior arrancada, además del riesgo que comporta la realización de una maniobra brusca en un vehículo industrial para la seguridad de los vehículos.
Velocidad media estable
Se recomienda mantener una velocidad media estable, eliminando en la medida de lo posible los picos y valles de velocidad que aumentan el consumo, pero no van a suponer el llegar antes al destino final.
Por otro lado, conviene hacer notar que el consumo del vehículo aumenta con la velocidad y que se podrán dar circunstancias durante el trayecto en las que se pueda moderar la misma. La siguiente tabla muestra un ejemplo del aumento del consumo de un vehículo de 40t, a distintas velocidades de circulación:
Conducción urbana. Tráfico congestionado
Cuando las circunstancias obliguen a circular con camiones o autobuses en zonas urbanas o de fuerte congestión de tráfico, con continuos arranques y sucesivas detenciones.
Se tendrán presentes las siguientes recomendaciones:
- Utilizar las marchas cortas muy poco tiempo, cambiando rápidamente a marchas medias o largas, saltándose incluso alguna marcha intermedia.
- Mantener el vehículo moviéndose por inercia en cuanto se detecte que va ser necesaria una
detención o reducción de velocidad inminente. - Conducir con bastante anticipación para prever los huecos y movimientos del tráfico.
- Utilizar el rodaje por inercia en la marcha más larga que permita el tráfico vial y, en caso de ser necesario, frenar suavemente evitando continuas reducciones de marcha y detenciones.
- Prever y anticipar en la realización de las aceleraciones y de las frenadas, buscando un mayor
aprovechamiento de las inercias y una mayor regularidad de la velocidad.
Conducción de autobuses
La conducción eficiente de autobuses no difiere demasiado de la de los vehículos industriales destinados a transporte de mercancías. En líneas generales, las técnicas de conducción para los camiones son también aplicables a los autobuses, pero con ciertas particularidades
que se detallan a continuación:
- Los autobuses de larga distancia modernos tienen relaciones potencia / peso normalmente superiores a las de los camiones, lo que les confiere un comportamiento en la conducción diferente, con mayores capacidades de aceleración y velocidad.
- Teniendo en cuenta que la carga transportada en este caso son pasajeros, la suavidad en las actuaciones del conductor, la sensación de seguridad y la regularidad de velocidad, tienen mayor importancia que en los camiones, por lo que la conducción eficiente se convierte en los autobuses, además, en una conducción más confortable para los pasajeros.
- Los autobuses urbanos están obligados a realizar continuos arranques y detenciones, circulando muy poco tiempo a una velocidad uniforme:
- Una aplicación correcta hace que la conducción pueda mejorar en eficiencia y confort para los pasajeros.
- No acelerar más de lo necesario para llegar a la siguiente parada y levantar el pie del pedal acelerador en cuanto prevea que ya no es necesario aumentar más la velocidad
- Anticiparse a las actuaciones de otros vehículos y mantener una velocidad uniforme cuando las circunstancias lo permitan, puede reducir el consumo hasta porcentajes del orden de un 10 %.